¿Qué es la Comunicación Asertiva?
Elaborado por: Pablo Larraya
Fecha: Septiembre 2024
En el marco de la psicología, la comunicación juega un rol fundamental en la forma en que interactuamos con los demás y con nosotros mismos. A través de ella, podemos expresar nuestros pensamientos, emociones y necesidades, pero también podemos evitar el conflicto, generar relaciones más sanas y sentirnos más comprendidos. Este artículo tiene como objetivo ayudar a mis clientes o pacientes a reflexionar sobre cómo se comunican y a introducirse en el estilo de comunicación asertiva, que es clave para una vida más equilibrada y saludable.
¿Qué es la Comunicación?
Desde un enfoque psicológico, la comunicación es el proceso por el cual las personas transmiten y reciben información a través de diversos canales. Esto implica no solo el intercambio de palabras, sino también de emociones, gestos y actitudes. La psicología estudia la comunicación porque influye directamente en nuestra salud mental y emocional: una comunicación eficaz puede mejorar nuestro bienestar, mientras que una comunicación deficiente puede generar conflictos, estrés y malentendidos. En términos generales, podríamos decir que comunicarse es mucho más que hablar; es lograr que el otro nos entienda y que nosotros también sepamos escuchar lo que los demás tienen para decir.
¿Cuáles son las formas de comunicarnos?
Existen varias formas en que podemos comunicarnos, cada una con sus propias características y efectos sobre nuestra interacción con el mundo y con las personas:
Comunicación Verbal: Es la forma más conocida, ya que implica el uso de palabras habladas o escritas. Sin embargo, es solo una parte del proceso comunicativo.
Comunicación No Verbal: Incluye todos los gestos, miradas, expresiones faciales y posturas que usamos de forma inconsciente o deliberada. En terapia, prestamos especial atención a este tipo de comunicación, ya que muchas veces expresa lo que las palabras no logran decir.
Comunicación Escrita: Utiliza palabras pero de manera escrita, como en mensajes, cartas o correos electrónicos. A veces es una forma más segura de expresar lo que sentimos, porque nos permite reflexionar antes de hablar.
Comunicación Visual: A través de imágenes, símbolos y otros elementos gráficos, también podemos transmitir ideas y emociones.
¿Y los estilos comunicativos?
La psicología también estudia los diferentes estilos de comunicación. En terapia, trabajamos sobre esto porque es común que las personas se comuniquen de forma ineficaz, lo que puede afectar su autoestima, generar estrés y complicar las relaciones.
Estilo Pasivo
Este estilo se caracteriza por la tendencia a evitar el conflicto a toda costa. Las personas que se comunican de forma pasiva suelen reprimir sus opiniones y deseos para complacer a los demás. Esto puede generar acumulación de frustración y resentimiento, lo que a largo plazo afecta la salud mental.
Estilo Agresivo
El estilo agresivo, por otro lado, se basa en imponer las propias opiniones y necesidades sin considerar los sentimientos de los demás. En este estilo, la persona se muestra dominante, lo que genera confrontaciones y conflictos en las relaciones. Desde una perspectiva psicológica, este estilo puede ser una defensa para encubrir inseguridades o miedos.
- Estilo Pasivo-Agresivo
En este estilo, la persona no expresa directamente sus emociones, pero las manifiesta de manera indirecta, a través de actitudes de ironía, sarcasmo o conductas evasivas. El estilo pasivo-agresivo puede generar mucha confusión y malestar en los demás, además de dificultar la resolución de problemas.
- Estilo Asertivo
El estilo asertivo es el más saludable desde una perspectiva psicológica. Se basa en expresar las propias ideas, sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa, sin agredir ni someterse. Este estilo permite que la persona se sienta escuchada y comprendida, sin dejar de lado el respeto hacia los demás.
¿Qué es la Comunicación Asertiva?
La asertividad es una habilidad de comunicación que implica expresar lo que sentimos, pensamos o necesitamos de manera directa y honesta, pero siempre respetando los derechos y sentimientos de los demás. Desde la psicología, entendemos que la comunicación asertiva es clave para el bienestar emocional, ya que permite una expresión auténtica y promueve relaciones más saludables y equitativas.
¿Por qué es importante tener una Comunicación Asertiva?
La importancia de la asertividad radica en que ayuda a las personas a manejar conflictos de manera constructiva, a defender sus derechos sin sentirse culpables y a expresar sus emociones sin temor. La comunicación asertiva reduce la ansiedad y el estrés porque permite una expresión auténtica y directa, lo que genera una mayor autoestima y relaciones más equilibradas. En un contexto terapéutico, trabajamos mucho en desarrollar esta habilidad para mejorar la calidad de vida de los clientes o pacientes.
Principios Básicos de la Comunicación Asertiva
Respeto por uno mismo y por el otro: En la asertividad, tanto nuestras propias necesidades como las de los demás son importantes. Este equilibrio es clave para una comunicación sana.
Claridad y sinceridad: Es fundamental expresar lo que se siente o necesita de manera clara y sin rodeos, lo cual evita malentendidos.
Uso del "yo": Hablar desde la propia experiencia evita acusaciones o culpas hacia los demás. Por ejemplo, en lugar de decir "Vos siempre me ignorás", sería más efectivo decir "Yo me siento ignorado cuando no me prestás atención".
Autoconciencia y control emocional: La asertividad también implica ser conscientes de nuestras emociones y expresarlas sin dejar que nos controlen.
Técnicas de Comunicación Asertiva
Uso de mensajes "Yo":
Este enfoque es clave en la comunicación asertiva. Al hablar en primera persona, evitamos acusaciones y facilitamos que el otro entienda cómo nos sentimos sin ponerse a la defensiva. Por ejemplo, decir "Yo me siento frustrado cuando interrumpís mientras hablo" es más efectivo que decir "Vos siempre me interrumpís". Esta técnica ayuda a expresar sentimientos sin que la conversación derive en una discusión.
Disco Rayado:
Consiste en repetir un mensaje clave de manera calmada, firme y sin alterarse, hasta que la otra persona entienda el límite que estamos marcando. Es útil cuando intentamos decir "no" ante presiones. Ejemplo: "No, gracias, no puedo en este momento". Si la otra persona insiste, repetimos el mismo mensaje, sin entrar en explicaciones innecesarias.
Aplazamiento Asertivo:
Esta técnica es muy efectiva cuando nos encontramos en una situación que requiere una respuesta emocionalmente cargada. El aplazamiento asertivo implica posponer la respuesta para evitar reacciones impulsivas. Por ejemplo, en una discusión de pareja, en lugar de responder de inmediato, podemos decir: "Necesitaria un minuto para pensar antes de responderte". Esto ayuda a bajar la tensión y permite reflexionar.
Banco de Niebla:
Esta técnica consiste en dar la razón parcialmente al otro sin perder nuestra postura ni caer en discusiones. Por ejemplo, si alguien critica nuestro trabajo diciendo "Este informe está lleno de errores", podemos responder con algo como: "Bueno, si, puede ser que haya algunos errores, me esforcé mucho por corregir la mayoría, ahora lo reviso". De esta manera, validamos parte del comentario sin asumir una posición defensiva.
Técnica del Acuerdo Asertivo:
Es cuando reconocemos nuestros errores o responsabilidades, pero sin desvalorizarnos. Un ejemplo sería: "Si, me acabo de dar cuenta que cometí un error, pero ya estoy trabajando para corregirlo, tengo la intención de seguir aprendiendo y mejorando". Esta técnica refuerza la autoconfianza, ya que asumimos la responsabilidad sin caer en la autocrítica destructiva.
Técnica del Enfrentamiento Asertivo:
Es ideal para cuando una situación nos resulta incómoda o inaceptable. Se utiliza para confrontar comportamientos específicos en los demás. El formato es simple: se describe el comportamiento, el efecto que causa en nosotros y se pide un cambio. Ejemplo: "Cuando llegás tarde sin avisar, me genera preocupación y afecta la organización de la reunión. Me gustaría que me avisaras si vas a llegar tarde".
Pregunta Asertiva:
Consiste en hacer preguntas abiertas o reflexivas cuando recibimos una crítica. En lugar de defendernos o justificarnos, preguntamos más detalles o pedimos aclaraciones, con el fin de comprender mejor el punto del otro. Por ejemplo, si alguien nos dice "Siempre hacés todo a las apuradas", podemos responder: "¿Podés darme un ejemplo concreto de cuándo me apresuré y afectó el resultado?".
Técnica del Quebrado:
Similar al disco rayado, pero usada cuando el otro está siendo hostil o trata de manipularnos. Se trata de mantenernos en calma y repetir nuestro mensaje de forma segura y clara, sin alterar el tono. Por ejemplo, si alguien nos grita exigiendo algo, podemos decir varias veces con voz tranquila: "Te voy a escuchar cuando me hables en un tono más calmado".
Técnica de la Asertividad Positiva:
Esta técnica implica reforzar los comportamientos adecuados o positivos de los demás con elogios. Esto no solo mejora la relación, sino que aumenta la probabilidad de que ese comportamiento se repita. Por ejemplo, "Me gusta cómo escuchaste mi punto de vista sin interrumpir, lo aprecio mucho".
Repetición Asertiva:
Es una técnica de persistencia asertiva que ayuda a que nuestro mensaje se mantenga claro y constante. A veces, es necesario repetir de manera firme y respetuosa nuestro punto de vista varias veces hasta que la otra persona lo comprenda o lo acepte. Por ejemplo, "Entiendo que estás molesto, pero no puedo hacer lo que me pedís en este momento. Me encantaría poder ayudarte más adelante".
Desarmar la Crítica:
Cuando alguien nos critica, en lugar de reaccionar a la defensiva, es útil "desarmar" el ataque validando la parte de la crítica que sea constructiva y pidiendo más detalles. Ejemplo: "Es cierto que he llegado tarde a algunas reuniones últimamente. ¿Podrías decirme qué sugieres que haga para mejorar?"
Técnica de la Asertividad Escalada:
Se usa cuando un primer intento de comunicación asertiva no da resultado. Se comienza con una respuesta asertiva simple y, si no se obtiene la respuesta esperada, se incrementa gradualmente la firmeza. Por ejemplo, si inicialmente decimos: "No puedo encargarme de esta tarea hoy", pero nos insisten, podemos pasar a: "Entiendo que es importante, pero realmente no me es posible hacerlo ahora, por favor no insistas".